Hay veces
Que penetra el deseo
Profundo para
Desandar los pasos
Y regresar a la esquina
En que la inmortalidad
Plasmados en los sueños
Alimentan el anhelo
Hay veces
Que parece resurgir
Ese nuestro Espíritu
Para levantarnos
De la postración cotidiana
Hay veces
En que se quita la venda
Y nos permite ver, apenas
Que la grandeza está
Tan cerca, casi en la sangre
Del Eterno Secreto Femenino
Que nos acurruca amoroso
Como si fuésemos ese niño
Recuperado en el espacio
En el tiempo
Hay veces
En que soy realmente
Bajo el manto de tu amor
Mujer amada
Reconocido como Hijo de Dios