juan sarmiento buelvas

CEIBA

Yo no vengo a decirles

¡Compañeros míos Llegó el verano,

llegó el verano ¡

como reza la composición del poeta compositor Leandro Díaz,

 interpretada por el juglar vallenato Alejandro Apa Durán,

Simplemente es febrero

y febrero es verano en el trópico,

y la señora Ceiba Bonga se apresuró a desnudarse,

tal vez por el inclemente verano que para esta época azota su región,

y por esta época a los árboles se les ve rodar con el viento sus vestidos.

 

la vi crecer,

vi por las mañanas su inflorescencia atrayendo abejas,

picaflores y mariposas

y he visto como año tras año repite su muda

para luego tapizar el suelo con los blancos pétalos de sus flores por qué;

ella los riega igual de noche que de día sin dormir,

y luego estrenar su nuevo abrigo confeccionado con la estampada colcha de la naturaleza y la paciencia de una ausente temporada primaveral lista para dar la bienvenida a las lluvias de la temporada invernal tapizada de multicolores pájaros entonando alegres tocatas del sonido de la naturaleza,

he vivido fascinado cuando en sus pisos más altos se escucha el trinar de papagayos, toches, chichafrías y pochoclos prediciendo la llegada del invierno que está por regar prados y selvas y se entregan a un mañanero trinar como si fueran la filarmónica de la selva invitándonos a afinar la audición en el constante devenir de cada amanecer,

y yo cual amante enamorado me levantaré y alzaré mi vista,

y escucharé esa serenata que me enamorará con el trinar de esa sinfónica que sentada en las sillas de sus ramas,

entonará su bella serenata matutina,

y aunque se haya convertido en el lamento de quienes la rechazan porque cuando está triste llora lágrimas de hojas secas, aunque la ignoren cuando está alegre y perfuma el ambiente con el aroma de sus flores que luego parirá la lana que el viento esparcirá como blancos copos de nieve más allá de sus alrededores,

 

Pero sobrevivirás porque naciste para ser centenaria,

aunque tengas que cambiar tus hojas cada temporada,

y con tu gigantesca imponencia impedirás que te conviertan en negra leña quemada para satisfacer el apetito de hambrientas almas,

que esperan los residuos de tus miembros cortados para convertirlos en cenizas