Al despertar la desdicha en mi paladar exótico,
se sonríe la musa que deleita al jeroglífico
y por el lecho tranquilo pasa un deseo erótico
que sorprende los destellos en el saber científico.
En el microscopio se nota el sentir terrorífico
y para calmar la pena traemos lo simbiótico:
el placer se disfraza con el receso magnífico
y por esquemas le nombramos, exceso caótico.
Samuel Dixon [03/02/2022]