LOS CÍRCULOS INFERNALES
Te veo, y la barba ocultaseme,
sabeme a gloria afán tétrico
¡el perfume que me ocultas!
¿Cómo atrapar el zigzagueado
parpadear de tus ondas en el catre?
Te veo, y sé que ocultasme
el olor de una beata y, siento escalofríos,
¡irresistibles!, y, tú, me miras, ofuscada, desequilibrada;
mientras, profunda, enigmática,
rodeanos, como de Dante, visión a lo inframundo,
alrededor de nuestros cuerpos
¡estos círculos infernales!…
Tú me miras, me acaricias, entera toda,
como si el cariño -el bien suplicio-
no sea tormento en la puerta de Cerbero
y descubriesemos otra puerta, otro juez, ¡inexplicable!,
y nos ame la sonrisa de un muerto
escapado del infierno,
con Cristo, sangrandole la herida…
Ahmed Krentel
Santos Castro Checa