La noche encierra misterios
peligrosos como inciertos;
igual que en los cementerios
donde andan almas de muertos.
Cuidarse de ella es vital
para una vida tranquila;
pues la oscuridad total
no suele ser buena amiga.
Los seres que hacen el mal
se ocultan entre las sombras;
se mueven a voluntad
y en sus secretos se ahondan.
Mientras te envuelves en ella
se prudente por demás;
y si notas se complica,
echa un paso para atrás.
Es imposible negar
que suele ser divertida;
ten prudencia para usarla
pues tiene puerta prohibida.
Podrás aventurarte a ella
para gozar sus placeres;
mas no caigas en su trampa
aunque intenten convencerte.
Por ser el rey de la noche
no hay seguridad de triunfo;
pues muchos de estos señores
ya pasaron a difuntos.
Si gustas vivir su encanto
vuelve a tu casa temprano;
sin temor ni sobresaltos
y con cuerpo y alma sanos.
Cuando en ella más te adentres
has de perder en virtudes;
ya no podré aconsejarte
siendo Dios el que te ayude.
Jorge Horacio Richino
Copyright