Te veo y siento tu cálida sonrisa
palpitarme desde atrás de mis orejas
la vida me sonrió demasiado
para saber tu aliento, para probar tu boca.
Quizá casualidad o quizás confirmación
que apareces cuando quiero darle un giro
a toda mi existencia.
Tan sublime y tan alegre
tan cándida y tan impetuosa
me tientas a renunciar de mi retiro.
Te veo y me parece irónica aparición
que tuviste que haber existido desde antes
y que aún no has nacido,
o que te invento yo en el ahogar de mis ansias.
En las profundas aguas de tu sonrisa
y de cada tan tuya expresión que logras
en tus mejillas rosadas, delicada y ágil
gaviota de vuelo lejano....
vive ahora una parte de mis ojos
que solo quieren verte, sin atinar...
sin atinar a decir nada.