Algo condenadamente hermoso,
pero también condenadamente doloroso,
algo tan efímero,
o algo tan duradero,
es el amor,
la pasión y el ardor,
van de las manos en este sentimiento,
algo grandioso es lo que siento.
Siento la libertad,
por librarme de la maldad,
que me atormentaba
y me atosigaba.