El viento suena como sí tuviera
venas de alambre
¿Cuántas veces habrá pasado el mismo viento?
Se encorvan los postes vigilando
su luz no los abandone y las calles
claman un abrazo de lluvia.
Adentro es igual,
chapuceo sobre palabras extintas,
la luz de mi lámpara ha quedado ciega
y sobre mi mesa un papel agujereado por esta rabia dulce.
Hoy a nadie le escribo
¡A nadie!
Hay tanta niebla en esta habitación
que no sé quién sujeta mi mano.
LRL
4-2-2022