Decir adiós en este caso no es algo negativo,
es bien para vos y ¿por qué no?,
para los dos.
Recordemos quizá los detalles y las maneras de aquellos bellos instantes,
agradecida estoy de haberte acompañado en el viaje.
No habré de mentir, mi amor...
ni negar que existirá dolor y tristeza, como también espacio para seguir amándote, agradecerte y para el perdón.
Así que mejor dejemos atrás esa idea de que irse...despedirse o decir adiós,
es causal de desolación.
Deja decir que te aferres a lo que ayude en el camino, lo que te acompañará para siempre, y avanza...libera toda esa carga, se consecuente en cada decisión ya tomada.
Si acaso te digo adiós, no creas es sinónimo de olvido,
simplemente es seguir en éste,
mi hostil recorrido inmutable y necesario, si señor.
Estarás bien porque sabes por donde seguir, recorrido seguro es...
si recuerdas que tu sueño fue cumplido.
Saldrás victorioso, lo sé...aunque ahora veas confusión en cada emoción ...
melancolía y vacíos que no van a ninguna lado.
Despoja lo que sobra, soy consciente que esa soy yo...este duelo es necesario si lo que buscamos,
es el bien y no solo el de nosotros dos.
Gianella Vairoletti (G.V.E.)