Jorge Horacio Richino

NO JUEGUES CONMIGO

 

 

No juegues conmigo, nena,

no agites mi pensamiento.

Por Dios, no me causes pena,

sabes bien cuánto te quiero.

 

Entrégame tu cariño

y nunca me des lugar,

a perder ese respeto

que siempre te supe dar.

 

Por momentos me confundo

cuando en mis brazos te tengo;

pues no noto amor profundo

ni encuentro tus sentimientos.

 

Tu actitud parece extraña

porque muy poco me abrazas;

seguro que son patrañas

que en la mente se me instalan.

 

Ven, acerca tus embrujos,

dándome tu amor a pleno;

hazme saber, sin tapujos,

que sigo siendo tu dueño.

 

Perdóname esta cruel duda

y si disgustos te di;

los celos tienen la culpa

que haya dudado de ti.

 

Ahora si, soy feliz

pues siento tu amor sincero;

y si existió algún desliz,

yo no lo vi y no lo creo.

 

 

 

Jorge Horacio Richino

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