Tengo una «influencer» nutricionista
que me asesora con mi desayuno.
Luego, me ejercito, como ninguno,
pautado por mi «trainer» deportista.
Hago saltos y corro por la pista
cual seguido por el rey de los Unos,
olisqueando mi carne de vacuno,
sin que me puedan seguir con la vista.
Mi «personal shopper» no ve tal vaca
pues me engalana como mariposa
que refleja, en su muy colorida ala,
esa sapiencia que mi «coacher» posa
dentro de mi mente ya amortizada.
¡Porque lo de elegir no es cualquier cosa!