Contumaz empeño grato
de ser mi sol y mi luna;
insiste pertinaz y asiduamente
en ser mi ancla y mi vela.
Y me dejo arrastrar por el raudal
de motivaciones insinuantes,
mar de encuentros y de anhelos
donde me siento forjado eterno,
fiero extremo cuando te siento.
Pues eres impulso que late,
ardes como lumbre aquí en mi sangre,
erupción extraña con embrague,
dejar que entre tus caricias yo me embriague.
Y así eres mi total y el exacto,
abarcas todo mi ser en extraño arte.
Empeño sutil contigo asirme:
para convertirme en algo que hoy existe
y que mañana necesita de ti a no destruirse.
Empeño que me marca a no partir,
sino unirme contigo eternamente,
y así dejo que mi empeño sea mi fuerte
hasta el final, hasta la muerte. Fin
Lic. Isaias González Arroyo.