Tus labios son permeables con papel
y los míos son óxido en el metal:
si se logran juntar, todo sabe a miel,
y si no se alcanzan, todo sabe a mal.
Digamos que nuestros besos son cristal
y por tus manos son ramos de laurel;
quizás ya vivas conmigo y no con él,
quizás tú te alejes y sea el final.
Samuel Dixon [05/02/2022]