Llena de magia,
así es como te veo,
en mis recuerdos.
Cara de plata
con ceño sonriente
sobre las aguas.
En plena noche
las olas te estiraban
hacia la playa.
Tú te dejabas,
dormida con mis sueños
en tu regazo.
Y así, los dos
buscábamos un puerto
de fantasías.
Villas y costas,
tabernas y corsarios,
nos rodeaban.
Tú me enseñaste
el mundo de los sueños
y la aventura.
Fui, de tu mano,
andando y descubriendo
esos tesoros.
Y nos amamos,
lunita plateada,
parando el tiempo.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/01/22