Cuando te veo cruzar, amada, de frente
luciendo el brillo de tu mirar profundo,
se torna mi vida tan dulce y diferente
se vuelve de canto y poesía mi mundo.
¡Qué bella es! ¡qué sensación tan extraña!
su rostro coronado de un coqueto atractivo,
pensando siempre, si la volveré a ver mañana
con ese encanto de angelical sorpresivo.
Es fruto su cuerpo que da dulces sabores
y sus pechos, prensado como fruta,
perfume acariciante o jardín de flores
que suspira soñar para quién lo disfruta.
Pero ¿no basta que sea la más sutil apariencia
que seduce al corazón de adorno y máscara,
si mi corazón no suspira sin su bella presencia
para que sentir amor dónde solo veo su cara.