Es la historia de dos gatos,
uno negro y otro blanco,
que estaban enamorados,
de una gatica amarilla,
que subía a los tejados.
La gata que era coqueta,
puso a prueba a los dos gatos,
le pidió diez libras de queso,
y otro tanto de pescado.
El corazón se encogía,
los gatos desesperados,
corren de un lado al otro,
sus encomiendas buscando,
\"si hubiera pedido flores\"
ambos felinos pensando.
Se cruzan en su camino,
con un gato arrabalero,
viene sucio, hecho un desastre,
pero viaja muy contento.
Lleva un ramo de alelí
y se dirige hacia el pueblo.
Los gatos sospechan algo,
le preguntan: arrabalero ¿conoces alguien en el pueblo?
Y él contesta muy sincero:
Vengo en busca de mi amor,
una gata bien portada,
que me espera ansiosamente con queso y con sardinas,
de un par de gatos muy tontos que
pretenden mi Gatina.
Los gatos pronto se miran
y allí mismo determinan
compartir pescado y queso,
y olvidar a la felina.
Que quiera al arrabalero,
y él le busque la comida.