CONCIERTO PARA VIOLONCHELO
Ya hace frío en las calles,
en Suecia, a principios de otoño,
y con todos los cristales ya empañados.
Mientras Bergman disfruta en la penumbra de su saloncito,
a esa hora de mitad de la tarde
en que la luz natural se agota y se alarga
al mismo tiempo, y sin más preocupaciones
que la música, del sonido redondo
de una pieza de Bach por la radio.
Gaspar Jover Polo