Triste fue la mañana cuando te fuiste,
solo fue esa mañana; hasta estaba
lloviznando, tal vez era por Tu ida, pero
llego el sol radiante, la pena que
tenía creo con un rayito me abrió mi sentido del humor; Con gusto celebre en casa con
muchos mariscos.
Hoy doy gracias a Dios, que no sufro de pena ni tristeza, que me amargue mis días y de ella
no se que rumbo tomaría; que bonito
es mi vida sin tener su presencia o su
mal genio que tenía.