Me pediste que deje el mar; lo hice
con mucha pena. Ahora que deje de
escribir, lo siento mujer pero te diré
con alegría, te puedes ir de mí y perderte,
pero mi pasión por escribir, solo el creador
me lo puede impedir. Buena suerte,
y que le vaya bien, que aquí no a pasado
nada. Lo siento mi amor, hoy estoy
inspirado en tu mal genio que siempre
me provocas, con decisión que yo no te
acepto aunque me duela en el corazón.