Comentario del autor:
Nada es lo que parece, solemos quedarnos siempre con la primera impresión de las personas sin preocuparnos de rascar capas de Piel.
Estas palabras mias son de un Poema que escribí hace unos años, y hoy os traigo una historia maravillosa que dicen que la protagonizó Leonardo da Vinci , sea verdadera o no vale la pena recordarla porque dan fe a mis palabras, Disfrutarlas.
La historia de la pintura del cuadro de \"La última Cena\" es muy interesante. \"La última Cena la pinté en 7 años. Las figuras que representaban a los doce apóstoles fueron pintadas de personas que hicieron de modelos. La persona para el modelo de Cristo fue escogida primero. Cuando decidí que pintaría esta obra, cientos y cientos de hombres jóvenes fueron examinados en un esfuerzo por encontrar una cara y personalidad que expresara inocencia y belleza, libre de las sombras y señales causadas por el pecado y la disolución.
Finalmente después de semanas de una búsqueda muy laboriosa, un joven de 19 años fue seleccionado como modelo para la figura de Cristo.
Los siguientes seis meses, trabajé para pintar el personaje más importante de mi obra. Durante los 6 años siguientes continué trabajando en ella. Una por una las personas más apropiadas fueron escogidas para representar a cada uno de los apóstoles, y dejé un espacio en la pintura para la figura que representaría a Judas Iscariote el punto final de la obra. Por semanas, busqué un hombre que tuviera un rostro endurecido, con un rasgo marcado por la avaricia, el engaño, la hipocresía y el crimen, un rostro que delatase el carácter de alguien que vendería a su mejor amigo. Después de muchas experiencias desalentadoras en la búsqueda del tipo de persona requerido para representar a Judas, recibí la noticia de que había sido encontrado un hombre que llenaba los requisitos que buscaba. Estaba en un calabozo de Roma, sentenciado a muerte por una vida de crimen y asesinato.
Viajé a Roma de inmediato, el hombre fue sacado de su encierro en el calabozo y conducido a la luz del sol. Allí, vi en él a un hombre oscuro, despiadado. Su largo, áspero y desgreñado pelo caía sobre su cara. Una cara que reflejaba el carácter de la maldad y de la ruina completa. Al fin había encontrado la persona que quería para representar el personaje de Judas. Con el permiso especial del rey, este preso fue llevado a Milán donde se estaba pintando el cuadro. Durante 6 meses, él se sentó allí delante de mí en unas horas establecidas para cada día. Cuando terminé el último trazo, me volví a los guardias y les dije: \"Yo he terminado; pueden llevarse al prisionero. \"Cuando los guardianes conducían al preso fuera, él repentinamente perdió el control de sí mismo y se precipitó sobre mí llorando y diciendo: \"Oh, Da Vinci. ¡Mírame! ¿No sabes quién soy?\". Con mis ojos bien entrenados de estudioso de los caracteres humanos, escudriñé cuidadosamente al hombre cuyo rostro él había estado mirando durante 6 meses y dijo: \"No, yo nunca te había visto en mi vida, hasta que te sacaron de los calabozos ante mí en Roma\". Entonces elevando sus ojos hacia el cielo el prisionero dijo: \"¡Oh Dios!, ¿He caído tan bajo?\", entonces volviendo su cara al pintor él gritó: \"Leonardo Da Vinci, mírame otra vez, porque yo soy el mismo hombre que pintaste hace justo 7 años como la figura de Cristo\".
\"La última Cena\". Óleo sobre yeso y temple (4,6 x 8,8 m).
Santa Maria delle Grazie. Milán.