El frío otoño de mi piel quiere buscarte y renacer...
Para revivir en la oleada de tus hojas de claveles y helechos...
Naciente eres en tú abrazo liberando las puertas de tú ser...
Transformas el color del crepúsculo, eres la poesía pura de un dulce lecho...
Por eso al ver tu rostro, me sumergo en el profundo tono de tus pupilas...
Recuerdo que me cruce en ese oliimpo que llamo tus ojos...
Y ya mis letras atraviesan tonalidades de verde y lilas...
Tu sabes, abriste mi corazón al romper mis cerrojos...
Más solo diré que el color florece cuando camino hacia ti...
Limpia el destino y mi alma en mi cuerpo maltrecho...
Suspiré lo intenso del momento que en ti yo viví...
Te amo, te vivo y siento que quieres reconocer ese descansar en mi pecho...