No hay mucho para contar
en estos años sin glorias,
sólo le quedan historias
muy lejanas a evocar.
Si en vez de jugar con letras
él las pudiera vivir,
otro sería el sentir
y diferente su crónica.
Tiene que actuar como artista
de la tinta y el papel;
mas no basta para él,
quiere ser protagonista.
Latir sus versos en vivo
y atravesar las historias,
en vez de usar la memoria
recordando tiempos idos.
Soñar con lo que vendrá
dejando atrás el pasado,
dándolo como borrado
por la misma realidad.
Pero al tiempo lo ha perdido
y no hay oportunidad;
lo gastado ya no está,
bien o mal ya fue vivido.
Mas no le queda otra cosa
y a fin de no ser injusto;
no será grande el disgusto
por remover viejas crónicas.
Y más que triste, contento,
busca en versos su consuelo;
que toma para su vuelo
mientras transcurre su tiempo.
No está para otras ideas
pues no aguanta su osamenta,
y en su pluma se lamenta
con la tienta que le queda.
Jorge Horacio Richino
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