Valedelcaa

Resurges del Edén

Desde mi punto te percibo deslumbrante:

atraes gaviotas desde la lejanía con tu canto azulado.

delinques cuando te llevas, en manos,

las miradas que ocupan el retrato de mi retina

y ahuyentas coloraciones sepia,

desde la mira más sensata de tu índole, querida mía.

emerges única e irrepetible:

construyes, a sabiendas, castillos y contornos carentes de sentido.

grabas en la arena los más pretenciosos deseos,

con la punta estrecha de tu nariz.

y debo decir: sería complaciente encarnar la lámpara

que ha de cumplir cada uno de ellos,

y de tu sonrisa oceánica, devenir aprendiz.