Desertor de guerra y terror.
Recordando al cantor Facundo cabral.
Con más de mil argumentos
entre el actuar de la gente,
en una actitud displicente
decidió contar su cuento.
Evocando a Sopotocientos
sin un talante excluyente,
era una historia diferente
de un ingrato momento.
Sin un humor amarillento
no rían, ni pelen los dientes,
a cruel mandíbula batiente
no es un show de regimiento.
Enclaustrado en un convento
se le hallaba convaleciente,
como cobarde combatiente
huyendo de actos violentos.
Temor sentía hasta del viento
con ruido común y corriente,
se escondía bajo los puentes
al sonido de un armamento.
Diciembre era su tormento
con pólvora en el ambiente,
le rezaba a San Clemente
por honda paz en el silencio.
Al piromaníaco cruento
de la consciencia carente,
por su actitud incongruente
lo catalogaba de jumento.
Y por tanto sentimiento
sufría de ataques repente,
tenía culpas recurrentes
que escribía en su testamento
Con su cargo de sargento
dijo un día ¡Es suficiente!
y declarándose inocente
al juramento dio vencimiento.
Plasmó con puntos y acentos
su renuncia muy valiente,
como devoto ferviente
de Dios y sus mandamientos.
– Hermes Varillas Labrador
#FormandoCiudadanía & #ElArcoIrisDeLosNiños
\"La tierra da gracias al cielo cuando le nace un poeta, un músico, un cantor, es un sodado menos\"