Volaba en pareja y arrumacos esa paloma feliz
en medio de un bullicio de ambarinas campanas
del rojo domingo ferial y rolaba sus giros en fino desliz,
abajo abril perfumando dulces jugos de manzanas.
Un águila astronauta de ojos inquietos planeaba muy alto
y la sierpe, anguila del rio, cauce torrentoso, era ausente factor
de un bélico plan alimentario, encuadre otoñal a modo de asalto
con la feroz rapiñera en descenso, libre caída a plena garra y motor .
Diapasones en la cromática tardecita de toques, marimbas y fiesta;
yo con mis galas mejores, asaz envidiado portaba mi Niña del brazo
bella colombina cachorra, suprema muestra del más codiciado regazo.
De repente, en la calle de las luminarias, un aguileño varón erecta su cresta
…triste fue mi noche enamorada cuando, lacrimógeno, lloró desamor el rocío.
Al igual que al palomo macho se me voló, por la ribera, muy ardiente el plumerío!