Vas y vienes…
A veces vienes con la tarde….
engarzada al revoloteo de golondrinas traviesas…en peligro de extinción.
Pero te vas con el crepúsculo de la noche…
escurriéndote entre las sombras de mi angustia,
y ahí desapareces sin ninguna explicación.
Te vas con un ímpetu que asusta,
con una escalofriante valentía …
que encrespa mis nervios…
al borde de un trastorno mayor,
y luego vuelves sin avisar…
vuelves sin prisa a fingir.
Te apareces a golpear las puertas de mis sentidos…
y me haces estremecer…
de una manera tan convincente…
que hasta logras sacudir algunas lágrimas…
de los racimos de mi aflicción.
A veces te desvaneces con despiadada urgencia…
y anulas mis instintos de conservación.
Solo te vas…
y entonces provocas un suspiro ineficaz…
que me empuja a mi guarida de honda soledad.
Pero de pronto madrugas…
muy de mañana,
y te asomas radiante …
embarcada en el primer rayo de luz,
y me convences de levantarme,
y me obligas a sonreír.
Vas y vienes…
en un vaivén intrascendente…
que se ha vuelto cotidiano…
con su trajinar tan trivial…
al que me tengo que acostumbrar.
Es que cuando te vas…lo desbaratas todo…
lo inmensamente querido…lo infinitamente amado,
y cuando vuelves…reaparezco sin reproches,
con algún bobo pretexto,
y entonces caigo rendido…
en esta absurda resignación…que no me merezco más.
Y así van pasando las jornadas
cabalgando sobre los momentos…sin claudicar.
Vamos cruzando las estaciones…
de este almanaque brutal,
de este reloj de devaneos…
que no da vuelta atrás.
Pero de cuando en cuando…
a pesar del desencanto…
aun me pongo a soñar,
y entonces me vuelvo a mentir,
vuelvo a caer en tu irónica falsedad…
que perjura infamemente…
que esta vez…esta vez “puede ser”.
esta vez “será”.