Cuanto anhelo un amor real,
sin pretextos ni dudas;
un amor apasionado y duradero,
amortiguado con paciencia.
Cuanto anhelo caricias eróticas,
que detonen explosiones;
caricias tiernas y gloriosas
que me lleven a las nubes.
Cuanto anhelo todo lo que escasea,
un hombre leal y generoso,
pero ardiente y desenfrenado
que me tome sin preguntas.
Cuanto anhelo lo inverosímil,
lo ilógico e improbable;
un amor seguro e incierto,
firme en puente movedizo.