Corre, corre, nunca podrás alcanzarme. Gritas desesperadamente!
Hace más de 10 km, que ya no respiró, trato de gatear para no quedarme atrás
Sollozó, ¡no puedo más! ¿Cuándo me he rendido?
Me cuestiono, ¡NUNCA!, repito en mi mente
Hoy parece ser la primera vez en la que esta roca se agrieta, soy humano después de todo, me reprocho
Al fondo, sigo escuchando tu voz, ya mi cuerpo está tan desgastado que el piso parece ser el cargador que necesita mi piel
Mis ojos se cierran, el tiempo pasa, mis ojos nuevamente se abren
A mi alrededor, una figura sana mis heridas, no reconozco su cara, pero sus suaves manos sanan mi cuerpo
Una voz tan dulce como los ángeles, susurra descuida, aquí estoy, no te dejaré caer
Pierdo la batalla con el dolor y nuevamente mis ojos se cierran, mientras esas suaves manos siguen sanando mis heridas
Me despierto y una cara que ya no es borrosa, acompaña esa dulce voz, besa mis heridas, mientras me repite que todo esta bien
Veo esos ojos y me pierdo, las heridas duelen, pero ya no tanto
Mi imaginación todavía me juega, tu voz me acecha en las noches oscuras, su melodía me recuerda el dolor de mis cicatrices
Con el pasar del tiempo esas suaves manos, me levantaban de todas mis caídas, mientras que tu voz era solo un recuerdo al mirar las cicatrices
Tu voz regreso y esas suaves manos ya no cuidaban de mi, una vez mas, esas heridas se volvieron abrir.
Tu voz desapareció, y con ella las heridas volvieron a sangrar, y las suaves manos ya no cuidan de mi
Ellas pedían amor y yo solo las deje ir por un eco repetido que solo prometía dolor.