Un viaje del alma
no hay pesadilla sin calma
desde el cascarón se ve un islote
y en el camarote del capitán
las caricias no se hacen esperar
el cielo ya dejo de hablar
pasan envidiosas las gaviotas
a ras del mar
y el sol marca la hora
sobre la sombra del galeón
donde ondea la calavera del pirata
dejándose notar.
Tierra a la vista,tierra a la vista
se oyó gritar por estribor
como un esbozo por finiquitar.