Se hace la noche.
Tus cabellos se tintan de brea.
La hoguera hace abultadas brasas.
Los cuerpos dan su verdor a los pinos del pinar.
Ojos atónitos, observan lo azul.
Desnudez desde la última luz.
Sedas y telas se entrelazan con las pieles.
Un suspiro zarandea las hojas, cada vez que nuestras manos son rieles.