El humilde solo piensa
en mejorar y crecer,
sin hacerle daño a nadie
ese no es su proceder.
El arrogante es difícil
y se cree muy superior,
pero a todos cae mal
creyéndo ser el mejor.
La humildad es aceptada
como una gran condición
y todo el que la practica
es digno de admiración.
La arrogancia incomoda
y por nadie es bien vista,
porque el arrogante cree
que es persona muy lista.
La humildad abre puertas
en una sociedad complicada,
porque la persona humilde
siempre es muy educada.
Las personas arrogantes
por todos son rechazadas,
pero ellas creen lo contrario
y piensan que son envidiadas.
Si usted quiere vivir en paz
piénselo por un instante,
que es mejor ser humilde
y no un odioso arrogante.
La humildad es una virtud
la arrogancia es un defecto,
pero no es posible entender
que el arrogante se crea perfecto.
Autor: Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,13/02/2022.