Para quererte tanto, amor
no hace falta la luna
ni el carbón de la tarde silenciosa.
Para quererte tanto
es tu piel mi bálsamo,
son tus manos mi sol rugiente
que se alza sobre el mar y la madera.
Para quererte amor
basta tu sonrisa
iluminada
sentida como el humo del café
que de tu boca emerge
y con ella me besas tanto
tanto
que he de quererte así
como si no estuvieras.