Ven a pintar primero
con pinceles de luz en mi alma
la ruta que desde hace tanto espero
y me ha quitado la paz y la calma;
ven, llega sin tardarte
la corriente de la vida pasa,
ven, para con mis labios pintarte
en el lienzo de mi alma, y en mi casa.
No más sonrisas desde lejos
no más mensajes en alas del viento
no más consultas en cristales ni espejos
ni más heridas a mi sentimiento.
Quiero en tu entorno mirarme inmerso
que puedas oírme aún en voz baja
que escuches mi poema, verso a verso
y mires fluir todo, que nada ataja.
habrás de contarme tantas cosas ciertas
también las tristezas que en tu alma escancias,
yo he de contarte de esperanzas yertas
y de sueños rotos, adioses, distancias;
aún pido con queda voz imposibles
abrigando a veces un poder celeste,
mil susurros tiernos, apenas audibles...,
!no son más que viento que viene del Este!
y cargo ensueños de gratos colores
y endulzo las penas con sal y con brumas
y armo valijas con sueños, dolores
que hacen de vela entre las espumas...
Aún así, de ojos grandes, gitana
espero tu risa de dulces acordes
tu alma secreta, tu boca lejana
las noches, mañanas y todas las tardes.
De nuevo, que vengas a pintar primero
con pinceles de luz en mi alma
la ruta que hace tanto espero
y me ha quitado la paz, la calma;
que vengas y llegues sin más ya tardarte
pues la corriente de la vida pasa,
para con mis labios poder dibujarte,
en el lienzo de mi alma, también en mi casa...
Bolívar Delgado Arce