Mis sentidos pasean con escasez
todo aquello que dejaste entrever
más no es escusa pasar con desventura
los días con más lástima que por ventura
la desgracia quiso dejar en silencio
por destello que no brilla sin resuello
entre dos corazones compartidos en misterio
por no resolver su soledad con empeño.
La trastienda donde mis penas ahogan
sus miserias habita mi desconsuelo
por poder besarte, y mis lágrimas mojan
los surcos de mi cara dibujando un velo
de amalgamas que con descaro observo
que no pertenecen más que al verbo
de dos amantes que se han de sorprender
y con las sustancias del amor corresponder.
En todo este tiempo he aprendido
que la espera siempre me ha mantenido
del lado de la buena esperanza pues
siempre que el tormento se arrima
para desesperar mi paciencia, el mes
de la siega se aventura próximo a la cima
que nos llevará por siempre con tino
a con amor apostar por nuestro destino.
Te amo, alma mía. Déjame demostrártelo
para así poder crear un vínculo que unido
a nuestra pasión dé envidia a aquel nido
que vimos crear por ellos con tanto celo.