Escucho la piel de un silencio
el hermético zumbido de las teles
al apagarse, el penúltimo tecnicismo
del elegante poeta, la ternura envasada
al vacío del experto. Su venganza
en forma de símbolos decadentes.
Paso revista a los ojos que me vieron
caminar, a las lluvias que chapotean
por las sendas, a la voz con que me
dejaste sin hombro donde llorar-.
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