Usted no sabe…
las horas de dolor…
los momentos de angustia que me habitan,
no sabe de la desilusión que siento,
de la impotencia que nace en mí…
y me estremece.
Usted no sabe…
no puede saberlo…
ni se imagina…
mi vida sin usted se ha vuelto un caos,
un vacío permanente…
de instantes reprimidos,
de recuerdos asfixiantes,
prolongadas horas de desidia,
largas noches de desvelo,
y frías madrugadas de nostalgia recargada.
Su ausencia cada vez más elocuente…
la va evaporando sin clemencia,
y se pierde en el silencio que me envuelve.
Usted no entiende…
no comprende todavía…
que su necia decisión de abandonarme…
me está envenenando poco a poco…
lentamente va acabando mi existencia,
mi subsistencia se hizo ya un suplicio,
y voy muriendo en su indolencia.
Usted aún en mi sigue latiendo…
aún se apodera de mis pensamientos,
y mi ser insiste en recordarla,
no ha podido evitar la razón de sus latidos,
aún es dueña usted… de mis tristes sentimientos.
Pero usted no sabe…
Y no podrá saberlo nunca…
porque usted…
me borró de su corazón tan lastimado…
y ha olvidado todo lo vivido…
todo lo vivido.