Sueño con tu boca,
y mi debate se vuelve agonía,
pienso en tu eterna mirada
y se hace eterna también la mía.
Imagino tu sonrisa, tan cercana,
y mil veces más, lejana,
doy mil vueltas, me sonrojo,
doy mil más, ¡que gozo!
Oh!, bello limbo, haz que me pierda,
pues por tu omnisciente felicidad,
estoy dispuesta a perderme,
una y otra vez, cada vez más.
Sueño con tu boca, ¡oh, tu sonrisa!
me pierdo mil veces, ¡ida y vuelta!,
pienso en tu mirada, sin pesar
y lo haría miles y miles más.