Tengo tanto que contarte
pasaría horas enteras
conversando contigo
acurrucados frente al fuego,
dejando que el mundo se encargue
de seguir moviendo la rueda
de su locura cotidiana…
mientras tu y yo
dibujamos historias de amor en letras,
con música de olas vigorosas
rompiendo en las rocas a lo lejos.
Tengo un bagaje completo
de locuras para compartir contigo,
si quieres ir a caminar bajo la luz de la luna
adivinando siluetas dibujadas por las sombras,
inventando canciones que comienzan
con las letras de nuestros nombres,
obligando a las estrellas
a brillar para no tropezar y caer
riéndonos por cualquier tontería.
Tengo las manos llenas
de caricias tiernas y excitantes
para indagar con ellas
adónde quieres navegar conmigo,
a qué territorios deseas llegar
para descifrar sus códigos secretos
y detener el tiempo…
Tengo tanta ternura para darte
que no sé dónde guardarla
hasta encontrarte, hasta que sea
el momento imaginado
al escuchar aquéllas canciones
que descifraban nuestros sueños...
Pero también tengo mucho miedo
de que te diluyas en el aire...
de que te vayas con el viento...
como una pluma liviana,
como una hoja indefensa,
como un papel amarillento
que se lleva mis poemas y lamentos…
Tengo miedo de asustarte
con mi urgencia por llamarte,
que el más leve movimiento
te ahuyente y no pueda ya alcanzarte.
Tengo miedo de mi
cuando no sé dónde encontrarte...
porque dejo de ser luz, caricia,
beso, ternura, locura, palabras
y canciones de amor…
y sólo soy un fantasma
vagando por la casa sin saber
adónde ir, ni a quién preguntar por ti...
Tengo miedo de mi
Extrañándote...