Si en el corazón me tuvieras tú, ya fueras como yo, que en callado e impaciente me estuvieras mirando; con eternos ojos llenos de amor, cual expresivos se mostrarán, a un bello cielo contemplando. Estrella brillante, como yo te he querido, volverán tus ojos pasivos a soñar, y mirando otra vez desde el corazón profundo, más nadie más nunca nos volverán a separar.
Más aún todavía tu corazón me sintiera, sobre la dulce rima de mi buen corazón, para sentir para siempre su suave poema, que provoca tu amor a mi dulce inspiración. Y sus henchidos latidos serán para siempre, como una tierna inquietud, que pareciera escuchar su tierno respirar, y así vivir de su amor para siempre, o así morir para nunca dejar de amar.