José Luis Barrientos León

Sol, entre canto de niña

 

Me arrancaste el alma constantemente

para mirar como la llevabas en tus juegos

en tus cabriolas y piruetas desafiando la física

germinando la calle de aventuras y hazañas

 

De pronto todo era quietud

un huracán se convertía en brisa

la tormenta moría en una gota de lluvia

un columpio se detenía en un tímido llanto

y mi alma volvía al estrecharte en un abrazo

 

En tus ojos de niña, las constelaciones eran pétalos

con una pequeña rama construimos puentes

que nos llevaban a estrellas y a cometas gigantes

un papel era un libro de episodios y amores

y una mancha las letras de un nobel en valores

 

En tus manos inocentes,

el cielo se convirtió en algodones

donde el aire se colmó de silencios,

que anegaron las flores

hasta llenar de caricias,

al viejo y al duende para henchir ilusiones

 

Me arrancaste el alma constantemente

y me llenas la vida

Hoy el Sol no se apaga,

aunque llegue la noche

y nos brota una lágrima

o la lluvia no llegue

o se acabe la tormenta

y se disipen los huracanes

 

Me devuelves la vida con tu voz al oído

cuando entre canto de niña

y ternura adolescente

pronuncias mi nombre,

Te amo Tito