Presentí lo que iba hacer
conmigo, cuando estuviera ausente
unos días de pesca; que te ibas
de casa y la dejabas vacía, por irte
con tú amante. Como me alegre
porque, hasta lo soñé que él te hacía
lo mismo, y luego te hecha de su vida.
Hoy solo sé, que el que anda mal
acaba en pena; no andes en esa
avenida que pronto se te acabará
tu belleza, y quién te mimara
con ternura, porque yo desde
lejitos te tendré; no quiero
sufrir de melancolía y de créer en ti
ni que me lo pidas de rodilla.