Desde luego, quienes somos o que seremos,
a donde se parte o donde se encalla no es crucial;
Si valemos tan siquiera el peso de los metales
O, si degradados, difuminarse es habitual.
Pienso algo que pasó y a futuro ya no existe,
escribo para las sombras que ojos no traen;
Elaboro infolios de olvidadas ciencias que surcan
Las opacas noches adornadas por el caído Sol.
¿Qué espera el peregrino de su penitente camino?
¿Acaso el explorador sabe a donde su ambición llega?
Hay finales dichosos para quienes nada han buscado
y Caronte espera abajo, a quienes alegres, fracasaron.
Yo he decidido ser nada, nadie y mi servil y humilde amo,
Lloro los idos y los llegados, los malditos y afortunados;
Me rio del indigente, del poderoso y el potentado;
Igual no importa: también yo seré despojo olvidado.