Rusia, eres apuesto. Tu lindeza entrelazada.
De extendidos vergeles, finos cuadros de arte.
¿Por qué te afanas? Ucrania, no quiere mirarte.
Mucho menos, asirte, como fiel enamorada.
Solitaria, vivía sus auroras, en calma placentera.
Dulces crepúsculos, como en los cuentos de hadas.
Hoy, no hay paz. Solo zozobra en su triste almohada,
Toda la tierra, la escucha, que gime, la noche entera.
Un cortejo, con forcejeo, parece de hueco caballero.
¡Es vergonzoso! Por sutileza; ¡Ordena, mejor la vuelta!
No me digas… acaso dispones, de una fiesta preparada.
Y el anillo de compromiso, que no calza, listo del joyero.
Si, la hubieras impresionado, con tu amor vencieras.
¿Qué, tanto piensas? Que se arrojará a tus brazos, a amar.
Su cordialidad, no es, un sí, parada en el sagrado altar.
¿Por qué, tanta imposición, si el amor, no es de querellas?
Deseo que un día, el alma de los hombres, sea tan blanca,
Como, la de las piadosas aves.
Que las personas, todas, todas…
Desde el más grande, hasta el más chico, hagan indivisibles, pases.