Carne magra más exquisita, deliciosa, sabrosa la que mis ojos han de contemplar, no te niego que en la parrilla te quiero poner, cocerte a fuego lento y notar cómo empiezas a arder.
Voltearte lentamente deleitarme con tu voluptuosidad, mis labios quietos no pueden estar hasta mi boca te quiero llevar, morderte lentamente y sabotearte hasta que tú sabor se quede en mi paladar.
En tu centro poderte cortar, introduciendo lentamente mi cuchillo hasta tu más haya, deleitarme mientras de ti sale esa sabrosa jugosidad, comer de ti quiero y se que no me voy a saciar.
Es imposible comer de ti y no querer volver a comer más, divina mujer déjame ponerte en el sartén y sacar de ti todo ese sabor oculto que has de guardar.