Cristóbal Salvo

Corazón de Alcachofa

 

Alcachofa

qué palabra

pero qué forma

lentamente hoja a hoja descubierta

deslizadas hacia la boca

mascadas

       solo su parte de abajo

textura de casi seda tierna y cálida

breve

       ínfima

que baja por nuestras gargantas

en domingo de silencioso sol

de entonces gritos de bebé

nuestro bebé que crece

sorprendentemente rápido

como si fuese la pregunta que buscábamos

el sentido detrás de las distancias

               de las largas noches

sin camino definido

más que los pasos ebrios

de tinto

de libros y lenguajes

de horizontes abismales

de esperanzas por ser conservadas

             allá lejos en los dominios del mar

y llora nuestro bebé

no nos deja acercarnos

al centro

de nuestra alcachofa

al misterioso corazón tibio

que late esperando

nuestras bocas sedientas

como las voces en múltiples ciudades

que lamen ardientes

             a los gobiernos sordos

que lamen unidas

             contra la violencia impune

que lamen furiosas

             al colapso del sistema

enrostrado por un enemigo invisible

                          como le dicen a la naturaleza

lamen y lamen

lamemos todos

nuestro sudor humano

       nuestra eterna lucha

quizás

nuestra nueva lucha

mano a mano

rostro a rostro

boca a boca

grito a grito

hoja a hoja

       como rasgando la carnecita de la alcachofa

así se construye

camino hacia el tibio corazón

que aún no

aún el niño no duerme

ahora quiere baile

quiere canto

quiere milagrosa leche

quiere brazos cuerpos

quiere lo mejor

de nuestra raza humana

la capacidad de amar

       la bendita capacidad de amar

y allí vamos

con mi compañera en alas

allí estamos danzando en el centro del mundo

allí estamos danzando en las afueras del mundo

allí allí hace tiempo hace espacio

danzamos y el niño ríe ríe

descubre el tierno camino también

al corazón de la alcachofa

que deshojada

ya casi desnuda

ya casi nuestra

se entrega

pura inocente convencida

en que el camino es este:

vueltas

hojas

luchas

bailes

y un entregar completamente

al mundo al niño a las alas

el ardiente corazón.