migreriana

A veces...

Voy arrollando palabras como papiros,

y al desenvolverlas me arrullo en las pausas,

en los te quieros salpicados de tiempos

que se hacen infinitos buscándose.

 

Tal vez la presencia los haga inexplicables,

porque aunque se congelen en una poesía,

están en la mirada que quema y se duplica

hasta llegar a ser esencia y vértigo.

 

¿Quién  no quiere caer en sus manos

si el amor sabe trepar en el verbo

y lo hace zigzaguear hasta en los silencios?

 

¿Quièn no se enamora si se sabe

que la felicidad no es un mito

y teje su historia como quiere?

 

¡Amor abre tus alas que voy a sonreir

hasta que me pienses en secuencias

y te pierdas en una carcajada!