La empatía hacia el dolor ajeno
debe ser universal hacia todo ser vivo,
incluyendo plantas y animales,
no es la primera pandemia
y la historia parece una lección
repetida mostrándonos todas las facetas
y caretas del ser humano
desde el más inocente hasta el más culpable.
La muestra más significativa la hallamos
en el hábitat natural de la fauna
menos depredado que con asombro
se nota ahora más recuperado.