Mi reloj inexorable
hasta el momento
ya no avanza.
Se paró.
¿En qué momento?
Que más da
Marcó una hora
de un día
de un mes
de un año
de un siglo
cualquiera,
lo mismo da.
Mi ser lacerado
y desnuda el alma.
Sola y desnuda
ante el colofón de la finitud
¿Y acaso yo,
acaso yo seré la propia nada?
Tiempo y espacio
ahora fundidos
fundidos en la infinitud
infinitud de la nada