Tarde de febrero… atracada de añoranzas,
se entinta el cielo de nimbos grises.
Tarde de apuros…y prisas
que divagan por las aceras…
que deambulan por atajos,
arrastrando nostalgias infelices.
Tarde de encuentros aturdidos…
que reparte pretextos…
y zarandea excusas,
que escapa por los arrabales del silencio…
intentando esquivarse del olvido.
Tarde de pánfilos episodios…
que estropean el corazón…
con su canturreo de latidos,
con su periplo de frívola pasión…
y mística demencia.
Tarde contagiada de pereza…
y acicalada de una inusual tristeza,
que se dilapida lentamente …
a bordo del tiempo,
que se consume en las saetillas de los relojes,
y se traslada en los brazos del viento…
imaginando deslizarse a otro sentimiento.
Tarde que inhala y exhala sergas despintadas…
intentando revivir vetustas esperanzas,
que, aunque dejaron de respirar…
aun se las escucha suspirar…
bajo el ímpetu de la tormenta.
Tarde de melancolía delirante…
me dejaste colgado… de este marchito desamor…
asfixiante.
Poema de una tarde de febrero