La profecía
Tan mala era la vida que tenía
que solo dedicaba malos gestos
y no veía buenos esos textos
por ver lo que del otro se decía.
Mirándolo llegó la profecía
que fue necesidad de los honestos
y todos fueron rápidos dispuestos
donando lo que nunca recibían.
No duela mi palabra solo escucha
la gracia de mis letras es tu amparo.
Recuerda que el cariño es una ducha,
Repartiendo amistad y afecto claro.
Repele como tal infame lucha
disfruta su sabor azucarado.